Etnografía del habla.
Surge durante la década del sesenta, a partir de los trabajos de Dell Hymes y John Gumperz, centrados en el estudio del habla. Los etnógrafos del habla se ocupan de la competencia y la actuación, la gramática más los usos y pautas comunicativas de una comunidad determinada. El objeto de estudio es, entonces, el habla entendida como los usos (distintos en cada cultura) de la lengua en el desarrollo de la vida social. La unidad mínima de análisis es el acto de habla.
Los actos de habla (preguntar, negar, ordenar) se articulan en eventos de habla, que consisten en actividades gobernadas por reglas o normas para el uso (por ejemplo, una conversación, una narración, una conferencia). Los eventos de habla corresponden a una determinada situación de habla o situación comunicativa (una clase, una fiesta, un velorio son situaciones de habla). Un mismo tipo de acto de habla puede tener lugar en diferentes eventos de habla, y un mismo tipo de evento de habla, en diferentes contextos de situación.
Etnografía de la comunicación
La etnografía de la comunicación estudia el uso del lenguaje por parte de los miembros de un determinado grupo: la situaciones en que se produce ese uso, las estructuras de diverso orden que lo sostienen, las funciones a que sirve y reglas que siguen los interlocutores, así como las diferencias y variaciones que se observan entre diversos grupos.
Se trata de una corriente de la antropología lingüística que empiezo a desarrollarse a mediados del siglo XX con los trabajos de J. Gumperz y D. Hymes. Junto con otras disciplinas, la etnografía de la comunicación ha contribuido al desarrollo del análisis del discurso.
La etnografía de la comunicación concibe la lengua como un repertorio verbal compartido por el grupo, más próximo a lo que la sociolingüística denomina variedad lingüística que a lo que la lingüística teórica denomina lengua o sistema lingüístico. Por otra parte, las reglas de uso a las que se refiere la etnografía forman un conjunto homogéneo y estable que regula la comunicación en el interior del grupo.
Variación del registro
Este estudio ofrece una descripción de la Lengua de Signos Española como una lengua dinámica que varía para ajustarse a las necesidades del contexto en el que se utiliza. Se inscribe en el marco de la Sociolingüística y analiza en particular algunos de los factores situacionales que determinan el uso de distintos registros.
Este estudio ofrece una descripción de la Lengua de Signos Española como una lengua dinámica que varía para ajustarse a las necesidades del contexto en el que se utiliza. Se inscribe en el marco de la Sociolingüística y analiza en particular algunos de los factores situacionales que determinan el uso de distintos registros.
Comunidad de habla
los estudiosos de la Etnografía de la comunicación definen como comunidad del habla, a un grupo social que comparte una misma variedad de lengua y unos patrones de uso de esa variedad. La comunicación entre los miembros de la comunidad se lleva a cabo en el marco de unos eventos comunicativos que estructuran y desarrollan la vida social del grupo.
La relación entre la comunidad de habla y los usos lingüísticos no es unidireccional: la comunidad no solo da origen al conjunto de formas lingüísticas que conforman la variedad lingüística del grupo y al conjunto de reglas de uso que siguen sus miembros; al propio tiempo, ella misma se constituye en cuanto tal comunidad de habla merced a esos conjuntos de formas y de reglas. En palabras del especialista en antropología lingüística. Duranti, la comunidad de habla es «el resultado de las actividades comunicativas que lleva a cabo un determinado grupo de personas». Así, la comunidad de habla se caracteriza no tanto por el conocimiento de la lengua que poseen sus miembros cuanto por el comportamiento lingüístico que siguen. Por ejemplo, el conjunto de los hispanohablantes constituye una única comunidad lingüística, distribuida en muy diversas comunidades de habla.
El concepto de comunidad de habla está muy estrechamente vinculado al de competencia comunicativa, pues esta se refiere precisamente a lo que una persona debe conocer para participar, de forma eficaz y adecuada, en las actividades lingüísticas de un grupo. De ahí la importancia que estos conceptos han adquirido para la enseñanza de lenguas, y que ha llevado a incluir en los programas aquellos conocimientos y habilidades no estrictamente lingüísticos que permiten llevar a cabo la comunicación.
Variedad lingüística
La variedad lingüística hace referencia a la diversidad de usos de una misma lengua según la situación comunicativa, geográfica o histórica en que se emplea y según el nivel de conocimiento lingüístico de quien la utiliza. Así pues, en función de la variable que interviene, se distinguen cuatro tipos de variedades: las variedades funcionales o difásicas (los registros de lengua), las variedades socioculturales o diastáticas (los niveles de lengua), las variedades geográficas o diatónicas (los dialectos) y las variedades históricas o diacrónicas.
1- Las variedades funcionales o difásicas (los registros) son las modalidades lingüísticas que se eligen determinadas por la situación de comunicación. Según el medio empleado (oral o escrito), la materia abordada (corriente o de especialidad), según la relación que exista entre los interlocutores (de solidaridad o jerarquía) y la función perseguida.
2- Las variedades socioculturales o diastáticas (los niveles lingüísticos) son las diferentes formas de usar una lengua según el nivel de instrucción del hablante y su estima hacia el idioma. Estas variedades de la lengua también reciben el nombre de sociolectos.
3- Las variedades geográficas o diatónicas (los dialectos) son los usos lingüísticos que se emplean en un determinado territorio.
4- Las variedades históricas o diacrónicas constituyen realizaciones de la lengua que caracterizan una determinada etapa de su historia. En la historia de la lengua española, se distingue entre el español arcaico (ss. X-XII), el español medieval (ss. XIII-XV), el español clásico o del Siglo de Oro (ss. XVI-XVII), el español moderno (ss. XVIII-XIX) y el español actual.
Repertorio verbal
El repertorio verbal (también, repertorio lingüístico) es el conjunto de habilidades que una persona posee en relación con el uso de una o más lenguas y de las distintas variedades de cada una de ellas.
Este término tiene su origen en el seno de la sociolingüística, disciplina que considera la lengua como la suma de variedades diversas en el habla de una misma comunidad. Se dice que un hablante posee un repertorio lingüístico amplio, cuando es capaz de adecuar su actuación a situaciones de uso muy diversas.
En la didáctica de lenguas el término alude tanto al repertorio de recursos y variedades lingüísticas que una persona posee en una lengua extranjera que está aprendiendo, como también a las diversas lenguas en las que es capaz de comunicarse, tanto en el aula como fuera de ella. La noción de repertorio lingüístico remite al conjunto de saberes y usos lingüísticos de un usuario de diferentes lenguas, que integra los conocimientos y habilidades desarrollados en cada una de ellas y a los que recurre la persona en función de las necesidades y posibilidades expresivas de cada momento.
Nenhum comentário:
Postar um comentário